A partir de mañana este blog tendrá que cambiar de nombre. El santanderino en Toulouse se convertirá en el santanderino que volvió de Toulouse…
Nos volvemos a la tierruca. Cuestiones laborales en tierras francesas y buenas opotunidades de futuro por la patria chica han hecho que nos hayamos decidido. Sólo me queda terminar alguna caja que otra y desmontar algún mueble que otro, pero la suerte está echada.
No he llegado a los 10 años aquí, pero me he quedado cerca. Muchos sentimientos cruzados pasan por la cabeza en estos momentos. Se dice que después de tanto tiempo fuera ya no se es de ningún sitio. Es muy cierto que cuando vuelvo a España me encuentro raro, uno se encuentra en medio de dos nacionalidades. Pero cierto es también que no están, al menos en mi caso, al 50% y que la española es la predominante…
Otro aspecto que ha conseguido cansarme viviendo fuera es el trasiego de gente que viene y se va. Uno intenta echar raíces, hacer amigos y relaciones… y se encuentra que la gente mas abierta son los que están como tú y que desgraciadamente son los que más movilidad tienen, con lo que a lo largo de los años he conocido y despedido al cabo de un tiempo a mucha gente. Y eso acaba cansando.
En fin, echaré de menos muchas cosas en Francia y me tiraré de los pelos ante muchas incongruencias en España. Tras casi 10 años aquí nos hemos acostumbrado a muchas cosas buenas y a ciertos beneficios sociales que vamos a echar de menos. Pero es que el dinero, el dentista gratis y tener un apartamentazo no lo es todo.
Y recordad que nos llevamos una tulusina llamada Inés de recuerdo ;-)
Los santanderinos, allá vamos. Los tulusinos, ya volveremos a veros, y podéis venir por aquí cuando queráis.
Bueno, voy a ver si termino de una vez con las malditas cajas…